Villa - Chalet · Marbella

Escondida en la exclusiva zona residencial junto al mar de Los Monteros, en la parte este de Marbella, y a solo unos pasos de la playa, esta villa es verdaderamente única. Inspirada en la arquitectura de las iglesias venecianas, combina la elegancia europea más clásica con la serenidad del estilo de vida costero. Ubicada sobre una generosa parcela de 933 metros cuadrados, esta propiedad de cuatro dormitorios y cuatro baños —dos de ellos en suite— se distribuye en tres plantas, ofreciendo una fusión inigualable de estilo, confort y amplitud.

Un recibidor majestuoso da la bienvenida con elegantes columnas, arcos y suelos de mármol pulido que recorren toda la vivienda, marcando el carácter sofisticado de cada rincón. Una escalera con barandilla de cristal conduce a la planta superior, donde una cúpula deja entrar la luz natural suavemente sobre el pasillo. Cada dormitorio cuenta con ventanales de suelo a techo que inundan los espacios de luz, favorecidos por la orientación sureste de la casa. La suite principal es un refugio de tranquilidad, con un amplio vestidor con isla central y un balcón tipo Julieta con vistas a la piscina. En la planta baja, un espacio extra de uso versátil ofrece múltiples posibilidades: desde un gimnasio privado hasta una sala de cine o un apartamento independiente para invitados, adaptándose con facilidad a cualquier estilo de vida.

El salón principal, con su gran chimenea abierta, invita a disfrutar de momentos acogedores en un entorno cálido y elegante. Y al salir al exterior, la magia continúa. El jardín, rodeado de altas palmeras, ofrece intimidad y una verdadera sensación de desconexión. En el centro del jardín, la piscina privada se convierte en protagonista con sus cuatro cascadas que aportan un ambiente relajante, casi de spa. A un lado de la villa, un estanque con peces acentúa aún más la paz del entorno, acompañado por una encantadora terraza con barbacoa de leña bajo arcos de piedra: el lugar perfecto para cenas al aire libre y encuentros con amigos. En el extremo del jardín, se ha eliminado una construcción anterior para ampliar aún más la zona verde, reforzando la amplitud y privacidad del conjunto.

Cada detalle de esta vivienda ha sido cuidadosamente pensado, combinando elementos clásicos con acabados contemporáneos para dar lugar a un hogar cálido, refinado y lleno de carácter. Esta no es solo una villa junto al mar; es una celebración del arte, la arquitectura y una elegancia discreta que enamora desde el primer momento.